Nunca pensé que consiguiese emocionarme. Para mí es uno de los más grandes, tengo sus libros y leo sus artículos cada semana fielmente. Le sigo desde hace años como un perro a su amo. Pero nunca pensé que leyendo uno de sus textos iba a sentir un escalofrío, una emoción, un sentimiento. Generalmente me río, pienso en que no se puede ser más burro y, a veces, incluso discrepo con sus irónicos comentarios. Todo cambió el pasado mes de diciembre cuando dedicó todo un artículo a dos insensatos jóvenes que avanzaban con una moto de pequeña cilindrada por una carretera en la que no había luces y, además, lloviendo. Toda una oda a todos aquellos que hemos pasado nuestra juventud viviendo y sintiendo cada segundo.
Dejo el enlace para que podais leerlo porque es buenísimo:
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