sábado, 15 de marzo de 2008

VIOLENCIA


Con un lazo rojo como éste dan la bienvenida a su página los chicos de Dejavú. Tras él puede leerse: "¡¡TODOS!!... por una noche más segura... GRACIAS A TODOS. Desde Dejavú os queremos agradecer todo el apoyo que nos habéis dado. Mil gracias y esperemos que hechos como éste no se repitan nunca más". Se refiere a que el pasado mes de febrero uno de los porteros del pub fue vilmente apuñalado en su interior cuando intentaba disipar una pelea. Yo estaba allí y todavía no me creo que lo que pasó ante mis ojos fuese real. Desgraciadamente el portero sí que se lo cree. Todo pasó rapidísimo. Era la segunda pelea que sucedía dentro del bar (cuando lo normal es que haya muy buen ambiente y muy buen rollo), y lo que parecía que iba a acabar con un grupo de borrachos en la calle, acabó con un herido casi de muerte, ambulancia, policía, nervios, desasosiego, preguntas, disgustos, lloros... Y todo porque tres...¿cómo llamarlos?... ¡Desgraciados sin alma! decidieron salir de su casa con una navaja y clavársela tres veces al pobre portero que lo único que hacía era su trabajo (lo que significa dar seguridad a todos los que allí vamos a pasarlo bien). No se me va de la cabeza la imagen de aquel pobre chico tirado en el suelo, desmayado, con muchísima sangre a su alrededor. Parece una historia para un capítulo de una serie en donde la realidad se confunde con la ficción. Pero nada más lejos. Pasó en el bar al que siempre vamos, en el que la mayoría somos clientes fijos, conocidos, amigos. Pasó en Zaragoza. Lo hicieron tres desalmados que podían haber estado, incluso, hablando conmigo. Increíble. ¿Qué puede pasarles por la cabeza? ¿Salen a pasarlo bien? ¿Qué concepto de diversión se tiene cuando se sale de casa con una navaja en el bolsillo? No lo entiendo, de verdad. Lo que tengo claro es que estoy con los chicos de Dejavú: "que nunca jamás se vuelva a repetir algo así".

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